Por NOTICIASCD.MX
Ciudad de México, 30 de julio de 2025.- En el Congreso de la Ciudad de México se alzó una voz que resonó con fuerza entre los pasillos del poder y los pasillos de los mercados: la defensa del sistema de abasto tradicional de la capital. La presentación de un punto de acuerdo sobre la situación de los mercados públicos marca una acción concreta, aunque tardía, frente a una realidad que lleva años cocinándose a fuego lento: la precarización de estos espacios históricos.
Durante la sesión, la legisladora de Morena, Brenda Ruiz, hizo un llamado a las autoridades capitalinas y a las 16 alcaldías para que impulsen el Sistema de Producción, Abasto y Distribución Tradicional, y rindan cuentas sobre los Planes Internos de Protección Civil en los mercados. Esta exigencia surge de datos contundentes: el 98% de los mercados no cuenta con un plan de protección civil vigente, lo que expone tanto a locatarios como a consumidores a riesgos considerables.
En su discurso destacó la riqueza cultural, histórica y económica de los 340 mercados públicos registrados por la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO), que emplean a cerca de 300 mil personas y abastecen a uno de cada tres hogares en la ciudad.
Sin embargo, esta visión poética contrasta con la realidad descrita por la propia Secretaría de Protección Civil, que encontró instalaciones eléctricas irregulares, mal manejo de gas y desechos sólidos como amenazas persistentes en estos espacios.
Se reconoció el esfuerzo de organizaciones como Milpa Patria y Soberanía, FENOP, y decenas de mercados icónicos como La Merced, Jamaica y Cuajimalpa, que participaron en mesas de trabajo orientadas al diagnóstico y solución de estas problemáticas. El proceso fue calificado como “colaborativo y democrático”, una muestra de que la ciudadanía organizada sigue haciendo su parte.
No obstante, el verdadero reto ahora recae en las autoridades locales, muchas veces omisas, que han relegado el mantenimiento y seguridad de estos espacios. Los $1,597 millones de pesos invertidos entre 2019 y 2023 podrían parecer una cifra considerable, pero su impacto real está en entredicho si casi todos los mercados continúan sin cumplir los mínimos de protección civil.
Este punto de acuerdo no es una solución definitiva, pero sí representa una oportunidad para que el Congreso y las alcaldías salden una deuda histórica. La ciudadanía espera que este pronunciamiento no se quede en el discurso, y que finalmente se actúe con responsabilidad frente a un sistema de abasto que no solo alimenta estómagos, sino también la memoria y la identidad de la Ciudad de México.
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