Por HHR
«Menos muertos, más aplausos»
CDMX, 05 agosto 2025.- ¡Oh, milagro chilango! La Ciudad de México, esa selva urbana donde antes robaban hasta las ganas de salir a la calle, ahora presume cifras de seguridad que podrían hacer sonrojar a muchos.
La Jefa de Gobierno, Clara Brugada, cual domadora de estadísticas, ha anunciado una reducción del 61% en delitos de alto impacto y del 51% en homicidios, respecto a 2019. Todo gracias, dice ella, a su flamante estrategia sectorial.
Claro, porque nada dice “justicia social” como una tabla Excel revisada cuatrimestre a cuatrimestre con mapas y reuniones donde, según cuentan, si el delito no baja, se ponen “tareas”. ¡Ah, la magia del PowerPoint con uniforme! No sabemos si le temen más los delincuentes a la policía o a que les asignen tarea grupal con funcionarios.
Y sí, los datos suenan lindos. Pero, como ya es tradición chilanga, las cifras que bajan en el boletín suelen subir en la banqueta. Basta con preguntarle al vecino que todavía carga el celular como si fuera contrabando o al conductor que jura que en cada semáforo lo acecha un cristalazo.
La cereza del pastel: 5,580 detenidos, 400 kilos de mota, 726 armas, 3,515 toneladas de autopartes (¿es eso una cifra o una amenaza?). Pareciera que estamos en un capítulo de *Narcos: CDMX*, versión optimista. Y ni hablar del «Sí al Desarme, Sí a la Paz», que ya parece programa de trueque: tú me das tu cuerno de chivo, yo te doy una licuadora y una palmada en la espalda.
Eso sí, no se puede negar que Brugada domina el show. Rodeada de fiscales, secretarios, mapas georreferenciados y discursos bien ensayados, suena a superheroína progresista. Pero entre tanto protocolo y cifra triunfalista, uno se pregunta: ¿y la realidad? Porque si la paz fuera tan cuantificable como dicen, ya tendríamos alcaldías renombradas como “Milpa Tranquila” o “Iztapalapa del Bienestar”.
Mientras tanto, seguimos esperando que la próxima cifra en caída libre sea la del cinismo con el que se anuncia la victoria sobre la inseguridad… aunque sepamos que en esta ciudad, la verdadera estrategia de defensa sigue siendo no hacer contacto visual en el metro.
**— Periodista con más de 30 años experiencia. Editor y reportero de La Razón-**
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