Claudia Sheinbaum sorprendió al público en la ceremonia de la Constitución al expresar un enérgico llamado de atención a la Suprema Corte, exigiendo respeto hacia su administración. Durante el evento, la presidenta no permitió la presencia de representantes del máximo órgano judicial del país, enviando un mensaje claro de tensión entre los poderes.
Sheinbaum destacó que su gobierno demanda respeto a las decisiones ejecutivas, subrayando la importancia de la autonomía del Ejecutivo frente al Poder Judicial. Las reacciones no se hicieron esperar, con opiniones divididas entre quienes apoyan la postura de Sheinbaum y aquellos que consideran preocupante el distanciamiento institucional.
En su conferencia matutina del martes 4 de febrero, Sheinbaum reiteró que su administración seguirá defendiendo la soberanía de sus decisiones, sin interferencias externas. La ausencia de la Suprema Corte en un evento tan simbólico fue interpretada como una declaración política contundente.
Analistas políticos prevén que este episodio marcará un antes y un después en las relaciones entre el Ejecutivo y la Judicatura. La comunidad internacional también ha mostrado interés en cómo esta dinámica afectará la estabilidad política del país.
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